Era él.

Estaba sentado en la butaca 32, pasillo, mientras los miraba atentamente.

Ella y él tenían auriculares.

Los dos estaban escuchando el mismo tema.

Los dos estaban pensando lo mismo.

Al principio del viaje, los dos querían llegar a su destino. Ahora, quieren que el viaje no termine más.

Los dos se querían. Pero ninguno se animó a mirar al otro durante tres segundos seguidos.

Sé lo que le pasaba a ella porque yo escribo esta historia.

Y sé lo que le pasaba a él porque ella se sentaba en la butaca 33, ventana.

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