Martén era su nombre y vivía en Marte.
Mientras lavaba sus dientes para irse a dormir, se miró fijamente en el espejo y dijo en voz alta: "Qué lindo soy".
Bajó la cabeza para enjuagarse la boca.
Pero cuando se asomó nuevamente al espejo algo terrible pasó.
Un humano apareció detrás de él.
6 comentarios:
un humano..
ambicioso y avaro?
egoista y egolatra¿
envidioso y cinico?
pobre de martén no?
Y decí que no dijiste que ese humano era un morocho de 2.10m de estatura al que le gustaban los masajes de hombros...
Coincido, pobre Martén.
algunos estamos esperando la proxima historia
y no es publicidad jaja
Pobrecito el mostro, ya tenía suficiente con el nombre y además se le aparece un humano, de terror!
Un abrazo!
muy bueno fede ...
http://callecinnamon.blogspot.com
pasa cdo quieras
saludos
flor
es verdad, los humanos somos de temer
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