Gris como una película de Chaplin, su cabellera lo acompañaba a donde quiera que vaya.
Uno de los muchos días de su vida, descubrió algo que lo dejó blanco: Una cana negra.
No supo si sacársela, no supo si dejársela. Sólo supo que no era normal y que una cana no lo iba a cambiar.
1 comentario:
Conocí otro Benjamín que le pasaba lo mismo, pero en vez de ser una cámara de fotos, era un botón.
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