Benjamin Cannon.

Ochenta y cuatro años tenía Benjamin, pero tenía más de ochenta y cuatro pelos.

Gris como una película de Chaplin, su cabellera lo acompañaba a donde quiera que vaya.

Uno de los muchos días de su vida, descubrió algo que lo dejó blanco: Una cana negra.

No supo si sacársela, no supo si dejársela. Sólo supo que no era normal y que una cana no lo iba a cambiar.

1 comentario:

Ramiro dijo...

Conocí otro Benjamín que le pasaba lo mismo, pero en vez de ser una cámara de fotos, era un botón.